Cómo salir de una relación tóxica (que no nos hace bien)

Actualmente, tengo varios pacientes que desean salir de relaciones que no les hacen bien, pero se sienten incapaces de hacerlo.  En algunos casos, al terminar, retroceden y vuelven, quedando atrapados en un bucle repetitivo.

Comprender lo que nos ocurre, nos permite avanzar y dejar atrás una relación que puede dejarnos huella incluso a largo plazo. 

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1. Razones que nos llevan a no poder dejar la relación o a retomarla

Cuando decidimos dejar una relación, es inevitable experimentar dolor.

Muchas personas lo postergan, creyendo que necesitan estar emocionalmente preparadas para no sufrir, pero ese momento nunca llega.

La realidad es que una ruptura, como cualquier pérdida, siempre conlleva un proceso de duelo, y evitar las emociones negativas y el sufrimiento solo nos mantiene en el ciclo de una relación que nos perjudica.

Es normal sentir emociones intensas que vienen y van como en oleadas, sin embargo, con el tiempo la intensidad de estas oleadas disminuye, al igual que su frecuencia.

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Igualmente, debemos estar dispuestos a sufrir por un tiempo para poder dejar espacio en nuestra vida a relaciones y hábitos que nos hagan bien.

Sin embargo, la tristeza y otras emociones incómodas pueden llevar a que aparezcan pensamientos automáticos y sesgados, como olvidar lo negativo (filtro mental), atribuirnos la culpa de los problemas (personalización) o pensar que esta vez saldrá bien (sesgo de optimismo irreal), ignorando patrones y señales que indican lo contrario.

Estas racionalizaciones son similares a las que se experimentan al dejar una adicción, nuestro cerebro siempre encuentra razones para una última vez.

Por este motivo es crucial adoptar una postura de «abstinencia total», o de “contacto cero” en el caso de una relación, para poder tomar perspectiva y actuar en base a las decisiones que hemos tomado de forma meditada.

A continuación, enumero las barreras comunes que veo en mis pacientes que dificultan salir de la relación o suponen una recuperación aún más lenta y dolorosa:

1.1. RAZÓN #1 -PENSAR QUE PODEMOS SEGUIR SIENDO amigos

Desear mantener una amistad puede ser algo positivo, pero generalmente, sin un tiempo de distancia es casi imposible que eso ocurra.

El duelo se prolonga, pueden surgir nuevas dudas o incluso falsas esperanzas de reconciliación. Además, se pueden reactivar el dolor y las heridas de la ruptura, especialmente si surgen conflictos o si una de las partes comienza a salir con alguien más.

Esto también puede ser un obstáculo para abrirse emocionalmente a nuevas relaciones, ya que puede haber una sensación de deslealtad o culpa.

2.- SEGUIR VIÉNDOLE EN redes por querer saber de ella/él

Muchas personas suelen continuar «revisando» las redes sociales de su expareja.

Esto puede llevar a una serie de pensamientos obsesivos, como preguntarse si está con otra persona, por qué recibió ciertos «likes», o qué significan sus publicaciones.

Además, revisar fotos y publicaciones antiguas puede llevar a idealizar los momentos positivos de la relación, minimizando las razones que llevaron a la ruptura y dificultando el proceso.

3.- IDEALIZAR A la ex-pareja y la relación

Es habitual que la mente comience a idealizar a la otra persona o la relación. Por ejemplo:

  • Es fácil caer en la trampa de exagerar las cualidades positivas de la expareja, como su sentido del humor, inteligencia o bondad, mientras se ignoran o se minimizan los problemas y conflictos que llevaron a la ruptura.

  • Podemos empezar a verle más atractiv@.

  • Se tiende a recordar con nostalgia los buenos momentos compartidos, olvidando o racionalizando los momentos difíciles. 
  • A menudo, nos enfocamos en los errores que creemos que hemos cometido nosotros, obviando los de la otra parte. Esto nos lleva a la culpa o a pensar que si hubiéramos actuado de manera diferente, la relación podría haber funcionado.
 

4.- EL MIEDO A LA SOLEDAD

El temor de sentirse sol@, o a que encuentre la ex pareja encuentra a otra persona también son razones habituales por las que las personas dudan en cortar el contacto del todo.

Pautas para Manejar el Fin de una Relación

1. Implementar el "Contacto cero"

El contacto continuo suele mantener viva la dependencia emocional y sigue alimentando las emociones y pensamientos ligados a la relación.

Mantener el «contacto cero» es fundamental para la recuperación emocional.

Esto significa abstenerse por completo de cualquier forma de contacto con la expareja, ya sea a través de mensajes, llamadas o redes sociales.

Sin embargo, el miedo a perder la oportunidad de reconciliación o el temor de arrepentirse suelen surgir al considerar el «contacto cero» tras una ruptura.

Solo el tiempo y la distancia permiten sanar y adquirir una perspectiva más clara y objetiva.

 

2. Tomar DECISIONES
en momentos de calma emocional

Es fundamental tomar la decisión de dejar o retomar una relación en momentos de calma y claridad mental, evitando hacerlo en días de ánimo muy bajo o ansiedad.

Las decisiones tomadas en momentos de inestabilidad emocional tienen mayor probabilidad de que no sean acertadas.

3. AnticipaR vaivenes emocionales

Es normal experimentar una montaña rusa de emociones después de tomar la decisión de dejar la relación.

Puede que sientas alivio, tristeza, enfado, nostalgia y hasta dudas.

Ser consciente de que estos vaivenes como parte natural del proceso nos puede ayudar a gestionar las emociones sin dejarnos llevar por ellas.

4. Recordar las razones DE la decisión

Para evitar idealizar la relación o dudar de la decisión tomada, es útil hacer una lista de las razones por las cuales se decidió terminar.

Este recordatorio tangible puede ser una herramienta útil durante momentos de debilidad emocional, proporcionando claridad y reafirmando la decisión.

5. Apoyarte en la gente que te quiere y aprecia

Es importante rodearnos de amigos y seres queridos que nos apoyen y nos den claridad y perspectiva.

Es esencial que estas personas sean comprensivas y no juzguen nuestras emociones o dudas, especialmente cuando surgen tentaciones de retomar la relación.

Además, su apoyo es clave para salir del bucle de rumiación, empezar a disfrutar de nuevas actividades y sentirnos seguros para expresar nuestras emociones.

6.- Aprender de la experiencia y establecer nuevas ilusiones

Reflexionar sobre lo aprendido ayuda a entender mejor las propias necesidades y deseos en futuras relaciones.

Además, establecer nuevas metas futuras te puede proporcionar la ilusión y el propósito para empezar nuevas actividades, crear nuevas conexiones, o desarrollar nuevos hábitos que te satisfagan.

RESUMEN

En conclusión, dejar una relación complicada no es fácil y es importante ser paciente con un@ mism@.

La recuperación emocional lleva tiempo y permitir sentirte triste o enfadad@ sin juzgar esos sentimientos es parte del proceso.

Con la distancia y el tiempo necesario, es posible recuperarse emocionalmente de esta etapa y abrirse a nuevas experiencias que nos proporcionen bienestar y satisfacción.

La vida tiene una manera de abrir nuevas puertas cuando otras se cierran.